* Este 21 de febrero la fiscalía y la defensa empiezan los argumentos iniciales en el juicio contra el expresidente hondureño, Juan Orlando Hernández, en Nueva York.
** Hernández es acusado por narcotráfico y se enfrenta a ser condenado a cadena perpetua.
Expediente Público / New York
Cobertura Especial
Luego de horas de deliberación finalmente se seleccionó al jurado en el juicio del expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández (2014-2022), quien enfrenta cargos relacionados con narcotráfico en la Corte del Distrito Sur de Nueva York, Estados Unidos.
Su causa se desprende del juicio del narcotraficante guatemalteco hondureño Victor Morales “El Rojo”, quien al declararse culpable arrastró consigo a Antonio «Tony» Hernández, hermano menor del expresidente quien fue declarado culpable y sentenciado a cadena perpetua en esta misma corte en octubre de 2019.
Hernández, de ser declarado culpable, se enfrenta a una cadena similar de cadena perpetua.
El proceso de selección del jurado fue lento y tedioso, un interrogatorio extenso que buscó identificar sesgos de un grupo de 70 candidatos, hasta reducirlo a 30.
Preguntas tan inocuas como si requiere algún tipo de medicamento que le impida estar allí por tres semanas, su conocimiento o no, de Centro América y Honduras, o si tenia familiares policías o agentes de la DEA, presos o empleados del gobierno, fueron reduciendo el grupo hasta llegar a un número manejable.
El jurado de Juan Orlando Hernández
El último interrogatorio, ya con un grupo más pequeño, fue orientado a conocer la información demográfica: lugar de residencia, origen, profesión, formación académica, gustos y hobbies. Hasta fuentes de información principales y uso de redes sociales, permitió elegir un grupo bastante balanceado de 12 jurados propietarios y 6 suplentes.
La mayoría son mujeres de clase media neoyorquina, con formación superior (maestrías y doctorados), dueñas de sus casas y de profesiones diversas.
El exmandatario, extraditado en febrero de 2022, enfrentaría su juicio junto al exdirector de la Policía Nacional de Honduras Juan Carlos Bonilla – alias el “Tigre Bonilla” – y el expolicía y primo del expresidente, Mauricio Hernández Pineda. Ambos se declararon culpables (el 2 y 6 de febrero del 2024) para evadir ser condenados a cadena perpetua.
Testigo clave de la fiscalía
Al inicio de la jornada la discusión se centró en una prueba que la defensa busca aún bloquear. La fiscalía presenta una serie de llamadas interceptadas a pandilleros de la Mara Salvatrucha (MS) en 2015, donde se habla del expresidente Juan Orlando Hernández y su control en las rutas del narcotráfico.
En un inicio se manejó que el origen e identidad de las voces de las personas en las llamadas sería expuesto por una exnovia de Alexander Mendoza, alias “El Porky”, uno de los líderes de la pandilla MS que aparece en la captura.
El marero hondureño integra la lista de los diez fugitivos más buscados del FBI (Buró Federal de Investigación), también es de los más buscados de la DEA y de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional.
Mendoza es acusado en el Tribunal Federal de Manhattan de delitos de crimen organizado, tráfico de estupefacientes y armas de fuego para la MS-13.
La defensa de Juan Orlando Hernández argumentó que la exnovia de Mendoza no podría ser testigo porque no es conspiradora y no puede reconocer a la persona que se escucha en la grabación.
Luego se confirmó que en efecto, el testigo es un agente de la fiscalía quien declararía sobre la condición en la cual se hizo la intercepción telefónica.
Dos semanas de testimonios
En todo caso este miércoles 22 de febrero inicia con los argumentos iniciales. Los jurados están convocados para las 10 am en la corte.
Primero irá el fiscal, exponiendo con sumo detalle cómo Juan Orlando Hernández usó el recurso y poder del narcotráfico para construir un “narcoestado”, usando el estado mismo para afianzar su control de las rutas del narcotráfico.
El fiscal dirá quienes serán los testigos que durante las próximas dos semanas desfilarán, dando cuerpo a estos argumentos contra el exmandatario de Honduras.
La defensa por su parte hará lo contrario, dirá que nada de eso es cierto, que los testimonios son mentiras de los narcotraficantes y expolicías depurados que están vengándose de él porque les destruyó sus pequeños imperios. Y como prueba presentaría el informe de sus 12 años en el poder del Gobierno de Honduras, sus vínculos con autoridades norteamericanas quienes llegaron a abalar su gestión.
