Es el título del artículo que el periodista Mario Hernán Ramírez Q.D.D.G remitió al escritor Carlos Javier Jarquín (compilador), para su inclusión en CANTO PLANETARIO: HERMANDAD EN LA TIERRA – impreso en Costa Rica por HC Editores donde participaron autores de 110 países y 77 idiomas. Además, incluye el himno “MI CANTO PLANETARIO”.
Para conocimiento de todas y todos los lectores de la sección dominical de este gran diario, y como un homenaje póstumo a mi esposo, a continuación, copiamos íntegramente su pensamiento:
“Como todas las cosas importantes de la vida, para expresarlas hay que meditar mucho, hay que pensar antes de hablar; hay temas tan complejos que necesitan de sabiduría, conocimiento y experiencia. Hablar de cuidar el Planeta Tierra es un tema en el que estamos inmersos no solo en Centroamérica, sino el mundo entero, es verdaderamente apasionante, porque quienes lo están patrocinando son personas de alta calidad humana y sobre todo jóvenes interesados en el porvenir del mundo. Es un tema dramático y doloroso, porque vemos con tristeza, con mucha amargura y dolor como nuestro hábitat, el único que tenemos llamado tierra, está sufriendo terribles daños por causa precisamente del mismo hombre, ya que nosotros lo estamos destruyendo. Es doloroso, pero es la realidad, personas como yo que hemos vivido casi nueve décadas vemos que los cambios en menos de un siglo han sido radicales en todo sentido, cuando por ejemplo, asomamos al mundo en la parte que corresponde a nuestro país Honduras, era una verdadera maravilla, el clima de Tegucigalpa la capital de este país centroamericano era el más exquisito de América, era un clima que durante los meses del año se disfrutaba de un frío sumamente agradable, simple y sencillamente porque la urbe estaba rodeada de pinos y toda clase de árboles que le daban frescor. Eso hoy ha desaparecido completamente, los ríos que cruzan la ciudad eran caudalosos y llenos de todas las especies del agua, abundaban sobre todo los peces y demás géneros, bueno, todo lo que produce el mar y los ríos; los animales salvajes predominaban también.
La humanidad deshumanizada ha ido poco a poco destruyendo a sus compañeros de vida que son los animales, con la caza, llamada caza, maldita caza con “Z”, porque es un crimen imperdonable esas crueles cacerías que realizan auxiliados por perros amaestrados, para terminar con los venados y enormes pájaros que embellecen el ambiente, no solo con su hermosura sino con su canto, en fin el hombre poco a poco ha ido minando la tierra que lo vio nacer, es una ingratitud de parte del ser humano llegar a estos extremos; imagínense ustedes que los científicos, astrólogos y astrónomos han descubierto que el sol penetra casi directamente a la tierra sin ningún protector, lo que está causando esa gran cantidad de enfermedades que hoy día padecemos, las que están haciendo estragos en todo el mundo, producto precisamente de la presencia del sol. Existe la capa de ozono que sirve de escudo para proteger a la tierra y librarnos de los rayos directos que recibimos del astro rey. El sol es un regalo de la naturaleza, el que absorbido en forma moderada es saludable, ya que produce “vitamina D”, necesaria para el organismo humano, pero, lamentablemente ese sol de ahora no es el sol de antes, entonces eso ha dado lugar a otros fenómenos terriblemente dañinos para el medio hábitat como es la deforestación, uno de los peores crímenes que el hombre ha cometido contra su propia casa al estar incendiando los bosques y cortando la madera inmisericordemente para hacer negocios, dejando a la intemperie los ríos, las quebradas y todas las fuentes de agua que otrora eran caudalosas, limpias y sanas, porque estaban protegidas por los árboles y ahora, no.
Los ríos de antaño eran caudalosos durante los doce meses del año y ahora han desaparecido, en Honduras antes había ríos navegables como El Chamelecón en la Costa Norte y el Río Grande o Choluteca, ahora en el verano da lástima ver aquellas corrientitas, ya se perdió la fuerza del agua y es en invierno cuando renace, pero con una furia escandalosa, como carece de árboles y piedras, corre a su antojo, a la deriva y eso produce la sequía de los ríos.
Luego los polos que son de vital importancia para la continuidad de la vida en la Tierra se están deshielando y están llenando los mares con enormes porciones de hielo con hasta 5km de longitud que tardan en derretirse y eso también produce efectos negativos para los animales que hay en el mar, ya que ese hielo que no es natural contribuye a la muerte de los mismos.
Otro fenómeno que también está contribuyendo a la destrucción de la “Madre Naturaleza” es la proliferación de fábricas de todo tipo que funcionan por medio de productos tóxicos que a su vez expelen gases venenosos que contaminan el ambiente, en fin, hay tantos atentados contra la naturaleza que es muy difícil poder describirlos en una breve nota.
¿Y cómo evitar la destrucción del planeta? esa es la interrogante del siglo que debe preguntársele precisamente a los jerarcas del mundo, a los líderes de las grandes naciones, porque ellos son los culpables por su afán de enriquecimiento y poder desmedido.”
