Angie Villanueva
La Universidad Católica de Honduras (UNICAH), a través de la teleclínica ECHO-CANCERHN, realizó recientemente una sesión virtual centrada en el Manejo de lesiones preneoplásicas de cuello uterino. La reunión contó con la presencia de profesionales en el área de ginecología donde discutieron aspectos clave sobre detección y prevención de este tipo de cáncer.
El encuentro se desarrolló en el marco de los objetivos establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en 2018 propuso una estrategia global para eliminar el cáncer de cuello uterino como problema de salud pública hacia el año 2030. La meta consiste en reducir la incidencia a 4 casos por cada 100,000 habitantes, mediante la combinación de tamizajes eficaces, diagnósticos oportunos y tratamientos accesibles.
La sesión estuvo dirigida por el doctor Mario René Rosales Maradiaga, ginecólogo y obstetra hondureño con formación en el Hospital Roosevelt de Guatemala, quien también fue coordinador del Registro Poblacional de Cáncer en la ciudad de San Pedro Sula. Actualmente, ejerce en la Liga Contra el Cáncer en Honduras, su formación y experiencia lo convierten en un referente en los temas ginecológicos.
Durante la reunión, se dio a conocer que hasta el año 2022, en el país se habían registrado al menos 916 casos de cáncer cervicouterino, dato que evidencia la necesidad de crear acciones preventivas y acciones de mejora al tratamiento especializado en todo el territorio.
En cuanto a la prevención primaria, se expuso que en Honduras desde el 2016 ya existe un Programa Nacional de Vacunación contra el Virus del Papiloma Humano (VPH), con el fin de proteger a niñas mayores de 11 años antes del inicio de su vida sexual. Para el año 2020, cinco de cada diez niñas que cumplían 15 años ya habían recibido la dosis final de dicha vacuna.
Por otra parte, la prevención secundaria, relacionada con el tamizaje y la detección temprana, ha presentado desafíos mayores. Se manifestó que para el año 2021 Honduras aún no contaba con un programa nacional sólido de cribado del cáncer cervicouterino.
La OMS propone una estrategia global basada en tres pilares: vacunar al 90% de las niñas antes de los 15 años; examinar al 70% de las mujeres antes de los 35 y otra vez antes de los 45 años; y tratar al 90% de las mujeres diagnosticadas, tanto con lesiones precancerosas como con cáncer invasivo. Estos lineamientos fueron discutidos ampliamente en la teleclínica como parte de los objetivos a alcanzar.
En cuanto a la detección temprana del cáncer, relativo a la edad de mujeres de entre 30 y 49 años las recomendaciones fueron la realización de pruebas cada cinco años. Entre los métodos disponibles incluyen la citología, la prueba de VPH y la inspección visual con ácido acético (IVAA), dependiendo de la edad y la disponibilidad del centro de salud.
La elección del método de tamizaje depende de los recursos disponibles en cada establecimiento. Por ejemplo, mujeres mayores de 24 años pueden iniciar con inspección visual o citología, mientras que las mayores de 30 años también pueden optar por la prueba de VPH. Las mayores de 65 años pueden finalizar el proceso de cribado si cuentan con resultados normales anteriores.
Uno de los procedimientos esenciales en este abordaje es la colposcopia. Durante la sesión, se explicaron las indicaciones adecuadas para realizarla, como antecedentes de citología anormal, resultados positivos de IVAA o VPH, o cuello uterino con aspecto sospechoso. También, se enfatizó en que el examen debe realizarse con consentimiento informado y una adecuada recolección de antecedentes.
Como conclusión, se reafirmó que, ante resultados anormales de pruebas como la citología, IVAA o VPH, debe repetirse la colposcopia y realizar el seguimiento correspondiente. La detección y tratamiento oportuno de lesiones preneoplásicas son estrategias clave para cumplir con los objetivos internacionales y avanzar en la erradicación del cáncer de cuello uterino en Honduras.