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El régimen de Cuba da claras muestras de impunidad y salvajismo, mientras el pueblo muere de hambre, de represión (31 nuevos presos políticos en marzo) o huye de la isla: la comunidad internacional debe reaccionar
31 nuevos presos políticos, 24 de ellos por las manifestaciones pacíficas de marzo
Casi 3 años han pasado desde las multitudinarias manifestaciones del 11 y 12 de julio de 2021 en Cuba, protestas que se saldaron con entre 6 y 8 mil detenidos, más de 2000 procesados, y llevaron a prisión a más de mil manifestantes, entre ellos más de 800 que, aún, a día de hoy, cumplen condenas. Para hacernos una idea de la tragedia de los manifestantes, 225 de ellos fueron acusados de sedición y al menos 222 de entre ellos ya han sido sentenciados a un promedio de 10 años de privación de libertad cada uno. Fue una muestra de la represión absoluta de un régimen que lanzaba un mensaje “ejemplarizante” al pueblo de Cuba en caso de querer salir a la calle para pedir pacíficamente su derecho a la libertad.
A pesar de ello, 3 años después el pueblo ha vuelto a salir masivamente a la calle para expresar su rechazo al régimen y exigir libertad, aun sabiendo que las autoridades castigan con represión y prisión cualquier manifestación ciudadana. Y así ha vuelto a reaccionar el régimen. Durante el pasado mes de marzo 24 ciudadanos cubanos han pasado a formar parte de la lista de prisioneros políticos de Prisoners Defenders tras participar en las manifestaciones pacíficas que transcurrieron fundamentalmente en el oriente del país.
Los municipios con mayor número de nuevos presos políticos por las protestas de marzo son Santiago de Cuba (11), y Holguín (8), habiendo también prisioneros por este motivo en Artemisa (1) , Cienfuegos (1), La Habana (1), Las Tunas (1) y Sancti Spíritus (1). 11 de esos presos políticos fueron detenidos en protestas entre el 8 y el 16 de marzo, los otros 13 presos políticos corresponden a las manifestaciones del 17 y 18 de marzo.
“Libertad” , “¡No a la violencia!”, “¡Corriente y comida!” y “Patria y Vida” fueron las consignas coreadas por los manifestantes que pese a que no hubo en absoluto violencia por parte de éstos, como aseguró el 19 de marzo la primera secretaria del Partido Comunista en Santiago de Cuba, Beatriz Johnson Urrutia: “Yo no puedo decir que hubiera ninguna muestra de agresividad ni nada de eso contra nosotros, muy por el contrario”.
No obstante, las autoridades cubanas sí ejercieron de nuevo violencia contra los manifestantes, y fue notoria a pesar de todos los esfuerzos por ocultarla cortando Internet y evitando ser captados por las cámaras de los móviles, actuando más masivamente de forma violenta contra los manifestantes cuando cayó la noche. En la ciudad de Bayamo, por ejemplo, videos difundidos en redes sociales muestran a agentes de la policía mientras perseguían y golpeaban a varios ciudadanos y, en el poblado de El Cobre, en Santiago de Cuba, los ciudadanos que se manifestaban gritaron “No a la violencia”, como respuesta a la actuación claramente represiva de los agentes. Son algunas muestras de que el régimen sigue ejerciendo la violencia indiscriminada contra los pacíficos manifestantes que han llegado a su límite por no tener ni para comer adecuadamente, ni para alumbrar sus casas o mantener sus pocos alimentos frescos o congelados en sus neveras por falta de luz eléctrica, ni para beber agua potable en numerosas partes del país.
Presos políticos víctimas de torturas en marzo
Como hemos denunciado desde nuestras redes sociales, en los últimos días dos prisioneros políticos han sido víctimas de terribles torturas en dos prisiones cubanas conocidas por la brutalidad que emplean sus guardias: la Prisión Boniato de Santiago de Cuba y la Prisión 1580 de San Miguel del Padrón, en La Habana.
El pasado jueves, 4 de abril, 7 guardias de la Prisión Boniato de Santiago de Cuba propinaron una brutal agresión al prisionero político Ibrahim Domínguez Aguilar. Según un compañero de destacamento, estando esposado “le tiraron al piso, le pusieron el pie en la cabeza, le dieron en toda la cara, le dieron una pila de golpes.., después le quitaron las esposas como si no hubiese pasado nada”.
Ibrahim, preso condenado a 10 años de privación de libertad por manifestarse el 11 de julio de 2021, intentaba que lo atendieran en la clínica de la prisión y el reeducador se refirió a él como “bocón” por denunciar la nula atención médica en las cárceles cubanas. Sin más, lo esposaron, lo llevaron a su celda y allí mismo recibió la violenta golpiza mientras estaba esposado.
Igualmente, el pasado 18 de marzo el prisionero político Reynier Reinosa Cabrera, en prisión por manifestante el 11J, regresaba de su pase a la Prisión de Trabajos Forzados Toledo II de la Habana cuando al ser cacheado por los guardias encontraron un teléfono móvil en su short. Al darse cuenta del olvido, Reynier pidió que fuera entregado al familiar que lo acompañaba. Pero no solo no accedieron los guardias a la petición, sino que esa misma noche fue trasladado a la Prisión 1580 de San Miguel del Padrón, momento en que los guardias lo esposaron a la fuerza y le propinaron una brutal paliza: “Lo esposaron a la fuerza, lo golpearon, le dieron patadas mientras le llamaban escoria… tiene una mano partida y las rodillas peladas”, afirma un compañero de Reynier que también está preso en la Prisión 1580.
Las autoridades penitenciarias han revocado por un año el beneficio de la mínima severidad a Reynier y le han advertido de que no van a aprobar la libertad condicional que le iban a conceder en julio de este año.
65 años de torturas
Estos casos relatados en el epígrafe anterior, por desgracia, son habituales en Cuba. Lo que no es habitual es que haya reos de dentro de la prisión que rápidamente alcen la voz y llamen a las ONGs para narrarlo casi en directo. Este cambio sí es significativo respecto a tan sólo hace 5 años. Antes de estos años, usualmente las torturas, sólo en algunos casos, se narraban con escasez de detalles o fuera de fecha, porque los mismos se conocían a las semanas o meses de haberse producido, cuando el reo, incomunicado para que curase sus secuelas y el tiempo borrase oportunamente la notoriedad de la “noticia”, ya estaba recuperado parcialmente o, en otros casos, cuando los presos sufrían la parálisis permanente de la mitad de su cuerpo, como en el caso de Silverio Portal Contreras, o morían, como en el caso de Wilman Villar Mendoza, que murió de una neumonía adquirida durante 8 semanas prácticamente desnudo en una muy húmeda celda de aislamiento en solitario, sin tratamiento médico, a la que le confinaron sin comida ni contacto humano como castigo por realizar una huelga de hambre reclamando sus más mínimos derechos fundamentales, porque era un muchacho maravilloso y lleno de luz que jamás hizo mal a nadie.
Cuando un preso en estos nichos de muerte y dolor que son las cárceles de Cuba osa hacer una huelga de hambre, las autoridades no cuidan de su integridad. Muy al revés, le agravan la situación para que, ante el miedo a la muerte inminente, el preso ceda. Ante esto, no son pocos los que han muerto, quedado lisiados de por vida, o simplemente son dignos supervivientes que han sido destruidos físicamente.
Es un deber acabar con el monstruo de estas barbaries y no esperar que cambie sólo, para comodidad de la diplomacia democrática más hipócrita, deshumanizada no pocas veces. Además de hacer todo por acabar con este monstruo, algo imperativo e ineludible, después hay que guardar memoria histórica de todas estas atrocidades para que el ser humano aprenda una lección sobre lo que jamás puede volverse a repetir, como en el caso de Auschwitz y muchos otros.
Para reflejar lo que vivimos las ONGs que monitorizamos a los presos cubanos del 11J, en 2022 y en 2023 Prisoners Defenders realizó dos estudios consecutivos sistemáticos sobre la tortura a los presos políticos en Cuba. Las agresiones físicas inhumanas contra los prisioneros políticos en las cárceles cubanas, narrada en los dos casos del epígrafe anterior, es sólo uno de los 15 patrones de tortura que Prisoners Defenders identificó tras una detallada investigación cuantitativa y cualitativa sobre 181 víctimas, completada en mayo de 2023, y cuya muestra parcial anterior en 2022 de 101 casos fue presentada ante el Comité Contra la Tortura de las Naciones Unidas. Evidencias de muchos de los casos, relatadas por Diario de Cuba, fueron incluso adoptadas en las conclusiones verbales de dicho Comité en el Examen Periódico frente Cuba. Entre los casos de nuestro informe de 2023 destacan los de las torturas a colectivos vulnerables como los menores de edad (niños y niñas), los jóvenes (⋜21 años, de ambos sexos) y las mujeres (menores incluidas). El estudio sirvió, y sirve aún, de muestra aleatoria y estadísticamente representativa de un colectivo de 1.277 presos políticos civiles en 12 meses hasta mayo de 2023, todos ellos torturados en las cárceles cubanas. El informe concluyó que todos los presos eran torturados, y que el 80% sufrían más de 5 tipologías de tortura. El más torturado resultó ser un menor, un inocente del 11J, Jonathan Torres Farrat, que sufrió todas y cada una de las 15 tipologías de tortura: palizas, frío o calor desmedidos como castigo, negación de agua, de comida, insultos, amenazas con un arma letal en interrogatorios, amenazas contra sus seres queridos, sometimiento a posturas inhumanas por largos períodos, negación del sueño…
Eso hicieron Jonathan y muchos otros menores, jóvenes, mujeres y hombres. Y eso hacen con los cubanos que no callan lo que piensan, desde hace 65 años. No es nuevo. Es escatológicamente repetitivo. Por todo ello, llamamos a la reflexión de los diplomáticos de los países democráticos. Los crímenes de lesa humanidad, por 65 años y cometidos por el mismo sistema político controlado por una misma familia, no pueden ser ignorados por más tiempo, es inhumano hacerlo. No debería un ser humano poder dormir tranquilo con la misión inherente -como diplomático de las instituciones que representa- de proteger los derechos humanos (piedra fundacional de la Unión Europea y muchos estados democráticos), mientras no hace el máximo por defender a otro ser humano que sufre estas atrocidades.
“No podemos hacer nada” es la excusa de los diplomáticos y políticos necios, cobardes o, si somos indulgentes, tan sólo ineptos. Hay cientos de seres humanos en Cuba siendo torturados cada día: no les podemos dejar solos. Se puede hacer mucho. De hecho, está todo desgraciadamente por hacer. Son ya muchos años de medidas a medias, en un sentido u otro, pero con nula firmeza. Una posición común mientras desde Europa se invertían en la isla miles de millones de euros en hoteles. Un acuerdo de diálogo basado en los derechos humanos de la sociedad civil donde se ha ocultado y llevado a ésta al más indigno ostracismo. Pura hipocresía y falta de firmeza, en uno y otro caso. Se puede entender como empírica la frase “al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, pero darle a “Alí Babá lo que roba Alí Babá” es una transgresión y moneda de cambio usual en el mundo diplomático que ha traído desde las desgracias de Palestina e Israel hasta las guerras mundiales, y parece que aún no hayamos aprendido nada.
En los últimos 12 meses (1 de abril de 2023 a 31 de marzo de 2024) la lista de prisioneros políticos de Cuba sumó un total de 191 nuevos presos políticos (un promedio de 16 presos políticos nuevos cada mes). Esto supone que a lo largo de estos 12 meses estuvieron presentes en la lista un total de 1.239 prisioneros políticos, recordemos una vez más, todos ellos torturados.
Prisioneros políticos verificados en Cuba este pasado mes de marzo
Con cierre de datos a fecha 31 de marzo de 2024, la lista de prisioneros políticos en Cuba contiene un total de 1.092 prisioneros políticos y de conciencia sufriendo condenas judiciales o disposiciones de limitación de libertad por parte de las fiscalías sin supervisión judicial alguna, debido proceso o defensa efectiva, en flagrante violación de la ley internacional, lista que cada mes hacemos pública y distribuimos en todos los ámbitos políticos, diplomáticos y de defensa de los derechos humanos. En los últimos 12 meses hemos confirmado y añadido a nuestra lista 191 nuevos prisioneros políticos: 16 nuevos presos políticos cada mes.
Han entrado este mes de marzo en nuestra lista 31 nuevos prisioneros políticos. Y han sido 6 los prisioneros políticos que han salido de nuestra lista este mes pasado tras el cumplimiento íntegro de la sanción o medida impuesta.
De los 1.092 prisioneros políticos:
- Los prisioneros que, detenidos siendo menores, siguen estando en la lista son 29 chicos y 1 chica, en total 30 menores. 28 de ellos aún cumplen sentencia y 2 aún siguen en proceso penal con medidas cautelares sin tutela judicial alguna. En su último informe a Naciones Unidas, el régimen de Cuba reconoció la veracidad de estas cifras. Hay que tener en cuenta que la cifra actual, sin embargo, no contempla otras muchas decenas de menores que ya han salido de la lista por haber cumplido íntegramente sus condenas. Los menores en Cuba son prisioneros en centros de carácter totalmente penitenciario, auténticas prisiones, que eufemísticamente se denominan “Escuelas de Formación Integral”, pero no dependen del Ministerio de Educación, sino del Ministerio de Interior. En estos auténticos centros penitenciarios con celdas se confinan, como ya denunció el Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas el 9 de junio de 2022 en su Informe de Conclusiones, un mínimo de 150 niños por debajo de los 16 años cada año en Cuba. El mismo Comité destacó también como son, además, en torno a 260 los niños de 16 y 17 años cada año en Cuba los que sufren privación de libertad en prisiones convencionales. 410 menores, por tanto, sufren prisión al año en Cuba, según han podido confirmar las propias Naciones Unidas.
- 16 de los menores mencionados han sido ya condenados por “Sedición”. La pena media de estos menores condenados por sedición es de 5 años de privación de libertad, un castigo en promedio superior al que sufrían, antes del #11J, los adultos en prisión política. En la actualidad la mayoría se encuentran en reclusión domiciliaria o trabajo forzado sin internamiento.
- De nuestra lista actual, 225 manifestantes han sido acusados de sedición y al menos 222 ya han sido sentenciados a un promedio de 10 años de privación de libertad cada uno.
- La cifra de mujeres actualmente prisioneras, incluyendo condenadas en limitación de libertad domiciliar, es de 119 mujeres (incluyendo menores y dos de género trans), las que aún sufren autos y condenas políticas y de conciencia.
- Todas las mujeres trans en prisión de conciencia han estado y están encarceladas entre hombres, lo cual sucede también con las presas trans comunes, sufriendo situaciones, entre hombres, indescriptibles para su condición sexual.
- Entre los presos políticos hemos identificado 260 presos con patologías médicas graves sin tratamiento médico adecuado, y hemos podido confirmar que todos están sufriendo diversas patologías médicas por la falta de alimentación, los maltratos, el ambiente represivo y la falta de atención médica adecuada de todos ellos.
851 Convictos de Conciencia, 205 condenados de conciencia y 36 otros
Convictos de Conciencia y Condenados de Conciencia son aquellas personas cuya privación de libertad, los primeros, o limitación de libertad (los segundos), sea consecuencia de:
- La violación por motivos políticos, raciales, de género, ideológicos o cualquier otra condición o circunstancia personal o social, del ejercicio de los derechos de libertad de conciencia, pensamiento, expresión, manifestación, reunión y/o asociación u otros derechos humanos fundamentales.
- La violación por motivos políticos, raciales, de género, ideológicos o cualquier otra condición o circunstancia personal o social, de los principios de presunción de inocencia y/o debido proceso o como consecuencia de una investigación prospectiva.
- La violación por motivos políticos, raciales, de género, ideológicos o cualquier otra condición o circunstancia personal o social, del principio de neutralidad, imparcialidad y/o derecho a la defensa.
En otro grupo más complejo de catalogar, Otros Presos Políticos, incluimos casos en privación completa de la libertad, pero no catalogables como Convictos de Conciencia por acciones penalmente reprochables, si bien en su causal de origen está la represión de derechos fundamentales, y no la infracción o delito per-sé, y cuyos desproporcionados procesos y penas han sido ejecutados mediante una violación grave a sus derechos de defensa y debido proceso, causado todo ello por motivos políticos y/o ideológicos.
Por ello, los 1.092 prisioneros políticos verificados se dividen en Convictos de Conciencia, Condenados de Conciencia y Otros Presos Políticos, que pueden ser examinados en nuestra lista de prisioneros políticos.
La clasificación actual de éstos es la siguiente:
- 851 Convictos de Conciencia
- 205 Condenados de Conciencia
- 36 casos de Otros Presos Políticos
La Pre-Delictiva: reconocemos en Cuba más de 12.000 prisioneros políticos
Reconocemos en Prisoners Defenders, durante el mes de marzo de 2024, 1.092 prisioneros políticos relacionados con un activismo o expresión pública evidente de oposición a las políticas gubernamentales, o en el ejercicio y/o la defensa de los derechos fundamentales del ser humano.
Pero también reconocemos otros más de 11.000 civiles, jóvenes -afrocubanos en su inmensa mayoría- no pertenecientes a organizaciones opositoras, con penas medias de 2 años y 10 meses, que sufren condenas “pre-delictivas”, es decir, sin delito alguno cometido ni en grado de tentativa. El Código Penal vigente hasta diciembre de 2022, y que les condenó, contemplaba que eran personas con tendencia a poder cometer delitos en el futuro “por la conducta que observa en contradicción manifiesta con las normas de la moral socialista” (Art. 72 de Código Penal vigente hasta diciembre de 2022). Así, se les impusieron penas de 1 a 4 años de prisión sin delito: ni investigado, ni sucedido, ni cometido, ni tentativo. Cada año se ha condenado, desde hace décadas, a prisión a una media de 3.850 personas al año por esta causa, y el nuevo Código Penal da continuidad a las medidas predelictivas, como veremos a continuación.
El régimen argumenta en ámbitos diplomáticos (pero no se atreve a publicarlo) que ya no condena a presos por predelictiva debido a que han eliminado los artículos 72 al 84 en el nuevo Código Penal. Lo que no cuenta el gobierno son los artículos introducidos que permiten que todo siga exactamente igual, lo cual explicamos en el siguiente apartado. Una prueba evidente de que todo sigue igual es que todos los más de 11 mil condenados por predelictiva y por dichos artículos del Código Penal no han sido exonerados de sus condenas cuando entró en vigor el nuevo Código Penal el 1 de diciembre de 2022, pues el régimen ha introducido en el Código Penal nuevas formas de implementar esta medida de idéntica manera que en el pasado y las 11 mil personas condenadas por predelictiva seguirán condenadas.
La Peligrosidad Social Predelictiva en el nuevo Código Penal
No sólo permanecen condenados por predelictiva los jóvenes que fueron sentenciados antes de diciembre de 2022. En el nuevo Código Penal, que entró en vigor el pasado 1 de diciembre de 2022, se mantiene intacta la capacidad de condenas predelictivas, o sin delito. Así, el artículo 434.1. de este nuevo Código Penal indica que “La autoridad competente del Ministerio del Interior puede advertir oficialmente a quien de forma reiterada realice acciones que la hagan proclive a delinquir o a quebrantar el orden social y constitucional”. Esta advertencia se convierte inmediatamente en una condena penal gracias a los nuevos artículos introducidos para ello, como el artículo 189.3., que dispone hasta 1 año de prisión por no atender dichas advertencias, fijadas por el art. 434.1., de ser “proclive a delinquir o a quebrantar el orden social y constitucional”.
Lógicamente, estas penas se aplican, desde la adolescencia, a todos aquellos que osen mostrar desafecto por las políticas gubernamentales. También se emplean para satisfacer actos represivos personales y abusos de poder de tipo local, ideológico o político. Todos estos casos, gracias al nuevo Código Penal, se dirimen de forma sumaria mediante Atestado Directo (ES / EN / FR), un proceso policial sin posible defensa, como hemos explicado en nuestro anterior informe mensual.El mero informe de las autoridades policiales indicando una “conducta inadecuada” permite, sin delito alguno, encarcelar de forma sumaria año tras año, por decisiones inmediatas y sin posible defensa, a más de 3.850 personas condenadas cada año por esta sola causa en el país, para sumar una cifra estacionaria de 11 mil personas condenadas por su hipotética “peligrosidad predelictiva antisocial” en la Cuba actual.