10 de abril, 2024 | Tegucigalpa, Honduras. — El Foro de Mujeres Políticas de Honduras, el Centro de Estudios de la Mujer (Cem-H), junto con el Centro de Estudio para la Democracia (Cespad), anuncian la creación del Consorcio de Mujeres Unidas por Honduras (COMUNH), una estructura que tiene como objetivo mejorar la participación de las mujeres en espacios políticos para llegar a una real incursión y erradicar la violencia política hacia las mujeres.
Los espacios políticos son el lugar donde se toman decisiones que afectan a toda la población sin la adecuada representación del 53% de mujeres que la conforman. Las mujeres también representan mayoría en el padrón electoral, sin embargo, esa realidad no se traduce en una presencia proporcional en los cargos de elección popular. A nivel de congreso, apenas el 26.5% está representado por mujeres; si se trata de corporaciones municipales, únicamente 16 son dirigidas por alcaldesas, es decir, apenas el 5.5%. Esa desigualdad menoscaba la fortaleza del Estado, porque sin la representación de las mujeres no puede existir una verdadera democracia.
Si de violencia política se trata, las mujeres se enfrentan a diversas violencias que se traducen en agresiones físicas y psicológicas por medio del acoso sexual, acoso cibernético, campañas de difamación, estrategias de intimidación, hasta el arrebato de sus vidas. Ese escenario es la manifestación clara de una cultura política basada en la masculinización de los liderazgos, la discriminación y la instrumentalización de la mujer para alcanzar las cuotas. Todo esto se retroalimenta con la ausencia de marcos normativos para prevenir, atender, erradicar y sancionar la violencia política contra las mujeres. Estos aspectos limitan a la mujer a desarrollarse plenamente en su ejercicio político o una vez instalada en el cargo para el que fue electa.
COMUNH reconoce que ha habido avances importantes, pero no son suficientes para generar cambios que erradiquen la cultura político-patriarcal a la que se enfrentan las mujeres que aspiran a ocupar un cargo de elección popular, una cultura que obstaculiza el pleno goce de sus derechos políticos. En el período electoral pasado algunas candidatas fueron víctimas de atentados, de coacción o de agresiones físicas. Tres mujeres perdieron la vida a causa de la más brutal violencia política: una candidata a diputada agredida en Tegucigalpa, la pareja de un exregidor en Juticalpa, y una simpatizante de un partido en Roatán.
Frente a este contexto, COMUNH contempla realizar una serie de acciones encaminadas a abordar diversas causas estructurales y culturales que van desde acciones de incidencia, generación de evidencias (investigaciones), procesos fortalecimiento de capacidades, y campañas de sensibilización y concientización, que contribuyan a posicionar los temas prioritarios en términos de participación y violencia política hacia la mujer en Honduras.
Algunas de estas acciones demandan la reforma del marco legal electoral para prevenir, atender, erradicar y sancionar la violencia política contra las mujeres, así como el cumplimiento del 15% asignado a las mujeres. Asimismo, acercamientos con representantes institucionales, el desarrollo de una escuela de liderazgo político, acercamientos con los partidos políticos y monitoreo de implementación de las normativas de género dentro de los partidos políticos.10 de abril, 2024 | Tegucigalpa, Honduras. — El Foro de Mujeres Políticas de Honduras, el Centro de Estudios de la Mujer (Cem-H), junto con el Centro de Estudio para la Democracia (Cespad), anuncian la creación del Consorcio de Mujeres Unidas por Honduras (COMUNH), una estructura que tiene como objetivo mejorar la participación de las mujeres en espacios políticos para llegar a una real incursión y erradicar la violencia política hacia las mujeres.
Los espacios políticos son el lugar donde se toman decisiones que afectan a toda la población sin la adecuada representación del 53% de mujeres que la conforman. Las mujeres también representan mayoría en el padrón electoral, sin embargo, esa realidad no se traduce en una presencia proporcional en los cargos de elección popular. A nivel de congreso, apenas el 26.5% está representado por mujeres; si se trata de corporaciones municipales, únicamente 16 son dirigidas por alcaldesas, es decir, apenas el 5.5%. Esa desigualdad menoscaba la fortaleza del Estado, porque sin la representación de las mujeres no puede existir una verdadera democracia.
Si de violencia política se trata, las mujeres se enfrentan a diversas violencias que se traducen en agresiones físicas y psicológicas por medio del acoso sexual, acoso cibernético, campañas de difamación, estrategias de intimidación, hasta el arrebato de sus vidas. Ese escenario es la manifestación clara de una cultura política basada en la masculinización de los liderazgos, la discriminación y la instrumentalización de la mujer para alcanzar las cuotas. Todo esto se retroalimenta con la ausencia de marcos normativos para prevenir, atender, erradicar y sancionar la violencia política contra las mujeres. Estos aspectos limitan a la mujer a desarrollarse plenamente en su ejercicio político o una vez instalada en el cargo para el que fue electa.
COMUNH reconoce que ha habido avances importantes, pero no son suficientes para generar cambios que erradiquen la cultura político-patriarcal a la que se enfrentan las mujeres que aspiran a ocupar un cargo de elección popular, una cultura que obstaculiza el pleno goce de sus derechos políticos. En el período electoral pasado algunas candidatas fueron víctimas de atentados, de coacción o de agresiones físicas.
Tres mujeres perdieron la vida a causa de la más brutal violencia política: una candidata a diputada agredida en Tegucigalpa, la pareja de un exregidor en Juticalpa, y una simpatizante de un partido en Roatán.
Frente a este contexto, COMUNH contempla realizar una serie de acciones encaminadas a abordar diversas causas estructurales y culturales que van desde acciones de incidencia, generación de evidencias (investigaciones), procesos fortalecimiento de capacidades, y campañas de sensibilización y concientización, que contribuyan a posicionar los temas prioritarios en términos de participación y violencia política hacia la mujer en Honduras.
Algunas de estas acciones demandan la reforma del marco legal electoral para prevenir, atender, erradicar y sancionar la violencia política contra las mujeres, así como el cumplimiento del 15% asignado a las mujeres. Asimismo, acercamientos con representantes institucionales, el desarrollo de una escuela de liderazgo político, acercamientos con los partidos políticos y monitoreo de implementación de las normativas de género dentro de los partidos políticos.