Zoila Garrigó con parte de los 64 árboles sembrados el día de su cumpleaños

Zoila Garrigó le da un sentido diferente a la celebración de su cumpleaños. El tradicional pastel con velas y los cánticos monótonos y repetitivos se transforman en una actividad que representa mucho más y que dejará huella a través del tiempo.

Desde hace tres años, la celebración se traslada a zonas de la ciudad que necesitan que los árboles sean plantados. Un árbol por cada año de vida cumplido, durante los últimos tres años, 62 árboles en 2017, 63 en 2018 y 64 en 2019. Esta actividad familiar se realiza el 29 de septiembre en San Pedro Sula, en la zona industrial, al norte de Honduras.

Esta tradición surge por iniciativa de Zoila, quien al observar las lágrimas de su nieto cuando cortaban árboles, diciendo que los árboles sufren cuando los cortan, motivó a Zoila a comenzar con esta tradición familiar que muchas personas admiran y la felicitan por tan noble actividad que no sólo satisface a su nieto y su familia, sino que beneficiará a los habitantes de la calurosa San Pedro Sula que circulan por el bulevar del norte y que podrán disfrutar del paisaje.

Abogado Fernando Garrigó observa a su hija Blanca Rosa mientras siembra el Macuelizo

Estos árboles son de la especie Macuelizo y los obtienen de forma gratuita en la División Municipal Ambiental (DIMA). Estos árboles adornan la ciudad cuando crecen y florecen de varios colores, en este caso serán amarillo y rosado.

A esta iniciativa que han abrazado como familia, todos juntos, hijos y nietos se suman a Zoila y su esposo Fernando Garrigó para dar gracias por su vida, entregando más vida al país, representando un ejemplo a seguir para las nuevas generaciones.

Los hijos de Zoila y Fernando Garrigó son; Blanca Rosa, César Fernando, Julio César, César Augusto y Ana María Garrigó Fajardo. Sus nietos son siete, entre ellos Ángel David Vásquez Garrigó cuando tenía 6 años cuando comenzó a llorar al ver como cortaban los árboles en el bulevar del norte de San Pedro Sula, cercano al lugar de su vivienda.

Además del bulevar del norte, el segundo anillo de circunvalación que rodea la ciudad y las faldas de la cordillera de El Merendón también son zonas seleccionadas por la familia ambientalista, que quizás no logren reducir las altas temperaturas de la zona que oscila entre los 30 y 37 grados centígrados.

La familia Garrigó entiende que la protección ambiental requiere de un mayor esfuerzo y están pensando en crear una fundación, para poder impulsar la siembra de árboles con la participación de más ciudadanos comprometidos que necesita Honduras para disminuir el impacto del cambio climático.

Esta familia es un ejemplo valioso para Honduras, porque siempre están participando como voluntarios en diversas causas y por la importancia de la labor realizada por Zoila y su familia en la conmemoración de su cumpleaños, En Alta Voz la reconoce dentro de la sección ¡Perfiles de Impacto!

Así son los arboles que adornaran los bulevares

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