En el proceso de instalación de la Comisión Internacional contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (CICIH) hay varios actores importantes, cada uno de los cuales juega un papel clave para que ésta sea una realidad.
En primer lugar, está el Poder Ejecutivo, cuyas tareas en esta primera fase son solicitar la instalación de la CICIH y firmar un memorándum de entendimiento con la ONU para que un grupo de personas expertas realice un diagnóstico sobre las reformas legales e institucionales necesarias.
En segundo lugar, está la Secretaría General de la ONU, cuyas tareas consisten en enviar una misión explotaría y luego el grupo de personas expertas mencionadas anteriormente.
En tercer lugar, está el Congreso Nacional que, según el memorándum de entendimiento, debe reformar el marco normativo sobre enriquecimiento ilícito y lavado de activos, el secreto bancario, la figura de colaboración eficaz, entre otras.
En cuarto lugar, está la cooperación internacional que no solo tiene la importante tarea de demostrar su apoyo político y financiero a la CICIH, sino también la de no darle la espalda en tiempos críticos como lo hizo con la CICIG y la MACCIH.
Y, en quinto lugar, está la ciudadanía que debe tener claro que, hasta el momento, todos los actores, menos el Congreso Nacional, están cumpliendo con sus tareas.
Por tanto, es necesario que retomemos la presión social y que las antorchas alumbren las luchas en los bajos del Congreso Nacional hasta lograr que este poder del Estado cumpla con su parte.