Hemos ido de ola en ola durante esta pandemia por SARS-CoV-2. Honduras termina el año con un repunte vertiginoso de casos. La tendencia de los reportes oficiales en Honduras ha sido así de la 1a semana de noviembre comparada con la 3a semana de diciembre 2022: – De 22 casos a 561 (25 veces más)
– De 12 hospitalizados a 76 (6 veces más)
– De 0 fallecidos a 3 (3 veces más)
– De 3% de positividad a 30% (10 veces más).
Aunque esta ola está aumentando las hospitalizaciones y defunciones, éstas no llegan a la gravedad de las olas iniciales. Si bien las variantes que circulan actualmente han sido consideradas más contagiosas, producen casos más leves y menos letales. En Honduras, se está viendo mayor gravedad en no vacunados o vacunados con esquema incompleto.
Esta ola es una prueba de fuego durante la época fría en Honduras y en el invierno para los países del hemisferio norte, incluida China que acaba de levantar restricciones. Si las cosas no se salen de control ante el contagio masivo por la llamada “sopa de variantes” que nos rodea, es probable que estemos meses más cerca de declarar la endemia, siempre y cuando no surja una supervariante agresiva.
Cada vez hay más inmunidad colectiva por haber sufrido la enfermedad, por haberse vacunado, o por ambas razones. No ha surgido otra variante aparte de ómicron, que sigue mutando para generar más subvariantes. Las más comunes en el mundo y en nuestro continente son BQ.1, BA.5, XBB y BA.1.
¿Qué hacer ahora? Lo que hemos ratificado antes: mantener la bioseguridad, reforzar los niveles de atención primaria (triajes), dar más acceso a pruebas gratuitas, proteger a los más vulnerables (tercera edad, enfermos crónicos, embarazadas), reactivar los centros de vacunación, reforzar la vigilancia epidemiológica y la farmacovigilancia posvacuna.
Al terminar el año 2022 y a casi 3 años de pandemia, reiteramos el compromiso de este observatorio de procesar y comunicar la información sobre el tema con responsabilidad, ética, juicio crítico y claridad. Asimismo, agradecemos los aportes de los 50 investigadores independientes organizados en el Consorcio de Investigadores COVID Honduras.
La pandemia ha puesto a prueba las buenas prácticas de la investigación científica y la integridad científica. Siguen algunos debates sobre el COVID-19, el origen del virus, el impacto distinto de sus variantes en diferentes países, la eficacia y tolerabilidad de las vacunas y sobre las manipulaciones por grupos de interés. Ante esto, el mejor camino a tomar como individuos y sistemas de salud, es seguir la evidencia de calidad y los consensos basados en ciencia y diálogo.
Esperamos que los entes gubernamentales, académicos y privados, aumenten el apoyo a la investigación COVID-19 en 2023, pues nos enfrentaremos cada vez más a secuelas para las cuales aún no tenemos tratamientos específicos ni preventivos.