Mario Hernán Ramírez

Para definir la personalidad de un ciudadano de la estatura del General Walter López Reyes, se puede sintetizar la misma en la trilogía de que hacen gala los auténticos hombres héroes de la patria: Honor, Lealtad, Sacrificio.

Al respecto, se nos viene a la mente los nombres de otros compatriotas que entregaron su vida en aras de una Honduras mejor, como los coroneles Hernán Acosta Mejía, Armando Escalón, Héctor Caraccioli Moncada, Mario Chinchilla Cárcamo y Enrique Soto Cano, para solo mencionar cinco de los pundonorosos militares que han dirigido los destinos de la invicta Fuerza Aérea Hondureña (FAH), de la cual honrosamente es egresado nuestro personaje.

Vale la pena establecer que los últimos dos mencionados, aun viven, gracias a Dios, con su conciencia tranquila y su frente en alto, es decir Chinchilla Cárcamo y Soto Cano.

Pues bien, al referirnos al General López Reyes, lo hacemos para ponderar los méritos de una obra intelectual escrita por él mismo, que sin duda alguna pasará a convertirse en un verdadero clásico de la historiografía nacional, pues en ella se narra pormenorizadamente la heroicidad de los aguiluchos que con tanta abnegación defendieron la patria durante los aciagos días de las 100 horas que duró el conflicto armado entre El Salvador y Honduras, mismo que sin previa declaración de guerra fue protagonizado por el tristemente célebre General Fidel Sánchez Hernández, entonces gobernante de la república cuscatleca, quien rompió por muchos años la armonía y confraternidad con que los hondureños y salvadoreños nos desenvolvíamos hasta esa fecha, que precisamente el próximo 14 de julio se conmemorará la media centuria de tan abominable suceso que oscureció la paz centroamericana.

El General López Reyes nos sorprende con su monumental obra “Alas doradas en la historia”, que recoge, como señalamos líneas arriba, los hechos más sobresalientes de esa invasión en la que por supuesto, no solo descollaron los hombres de uniforme, aguiluchos por excelencia, sino también los de tierra firme, entre quienes recordamos al General Policarpo Paz García y su ayudante Coronel José Jorge Solórzano, en el sur y al General Matías Hernández, en la zona occidental; por supuesto, junto a ellos participaron otros altos jefes de nuestro instituto armado que condujeron con valentía y estrategia militar a las tropas que heroicamente defendieron el suelo patrio.

“Alas doradas en la historia” es una obra, posiblemente la más completa, porque su autor es uno de los principales protagonistas de los acontecimientos, por lo que servirá para las presentes y futuras generaciones, no solo para recordarnos a los que aun vivimos y pasamos temerosamente las horas de angustia que ese infernal suceso trajo a nuestro país, sino también para las presentes y futuras generaciones que encontrarán en él,  material propicio e idóneo para enriquecer su bagaje histórico-cultural.

Ya han circulado algunos textos relacionados con esta dolorosa efeméride, sobre todo, los escritos por el Coronel César Elvir Sierra, General Wilfredo Sánchez Valladares y escritor Orlando Henríquez Girón, quienes hacen gala de su talento para ofrecernos en las páginas de sus libros, muchos aspectos relacionados durante ésta fatídica jornada en la historia de la región centroamericana. Ellos lo hicieron en su oportunidad, algunos basados en su propia experiencia como el General Sánchez Valladares que participó en el conflicto; los demás recogieron a viva voz los testimonios de algunos de los heroicos hondureños que supieron ofrendar su vida, en aras de la soberanía e integridad territorial, que tan groseramente había sido mancillada en tan repudiable ocasión.

La obra del General Walter López Reyes llega en el mejor momento, porque la misma servirá para rememorar la mitad de un siglo, tiempo en el cual, felizmente las relaciones amistosas entre ambos países han retornado a su tradicional fraternidad, en los campos de la diplomacia, comercio, turismo y demás áreas que vinculan a los pueblos y los envuelven en el desarrollo de sus correspondientes comunidades.

Celebramos la llegada de este libro, porque, en él  se reflejan acontecimientos totalmente desconocidos, es decir, inéditos, ya que López Reyes al igual que su homólogo Fernando Soto (Sotío) como cariñosamente se lo conoció a aquél héroe, en cuya memoria debe erigirse un monumento en algún lugar del territorio nacional, pues, de acuerdo con lo que conocemos, ni siquiera durante la breve guerra entre La Argentina e Inglaterra por las tierras de Las Malvinas, se produjo un hecho tan significativo como el que escribió en el aire el Coronel Soto, ya que logró derribar tres aviones mustang de la aviación salvadoreña, que ferozmente lo atacaron, como es natural, en el aire.

Éste y otros hechos similares son relatados exhaustivamente por el autor de este trabajo que muy pronto verá la luz del día  y que sin duda alguna será de la aceptación general, no solo de los hombres y mujeres que hoy integran el instituto armado, sino del pueblo en general, básicamente de los estudiosos de la historia, de los analistas, sociólogos, psicólogos, políticos y militares al igual los universitarios interesados en conocer hasta el más íntimo episodio de algo que Dios primero, jamás volverá a ocurrir. Nuestro amigo López Reyes, tiene en preparación otra obra contentiva de su participación en la política vernácula, en la cual se registran sucesos como la defenestración del General Gustavo Álvarez Martínez, el apaciguamiento de las aguas, cuando estas se revolvieron entre Roberto Suazo Córdoba y Efraím Bú Girón; también relatará su paso por la vice presidencia de la república, como designado, en el gobierno del doctor Carlos Roberto Reina

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