Por: Carolina Alduvín
“¡Mujeres hondureñas, no les voy a fallar! ¡Voy a defender sus derechos, todos sus derechos; ¡Cuenten conmigo! Hasta la victoria siempre”. Con estas lapidarias frases, la voz de pitoreta concluyó su discurso inaugural, hace dos años. A la fecha, no solo ha sido incapaz de defender los más elementales derechos de las mujeres, a un empleo digno, a la educación, a la salud, la integridad personal o a la vida misma. No ha defendido ni su propia integridad personal; se supo que el nefasto día cuando se instaló la ilegal Comisión Permanente del CN, hubo un desacuerdo con su asesor, luego del que no apareció en público durante varios días. Hay fotografías captadas luego de la lluvia que puso como pretexto, ahí todavía se aprecian restos de hematomas que el maquillaje no alcanzó a cubrir. Cualquier persona con dos dedos de frente y semejante posición de poder ya tuviera refundido a su agresor, ella no. ¿Qué pueden esperar entonces las demás mujeres? ¿Que por sus sacrosantas instrucciones paren los femicidios?
Medios de comunicación y redes sociales publican, en base a datos compilados por organismos especializados, que hubo 308 femicidios en el año 2022 y 12 en los primeros 10 días del año que transcurre. De acuerdo al Artículo 118-A de la Reforma al Código Penal de Honduras, se define un femicidio como: “muerte a una mujer por razones de género, con odio y desprecio por su condición de mujer, cuando concurran una o varias de las circunstancias siguientes: a) cuando el sujeto activo del delito mantenga o haya mantenido con la víctima una relación de pareja, ya sea matrimonial, de hecho, unión libre o cualquier otra relación afín en la que medie, haya mediado o no cohabitación, incluyendo aquellas en las que se sostiene o se haya sostenido una relación sentimental; b) cuando el delito esté precedido de actos de violencia doméstica o intrafamiliar, exista o no antecedente de denuncia; c) cuando el delito esté precedido de una situación de violencia sexual, acoso, hostigamiento o persecución de cualquier naturaleza; d) cuando el delito se comete con ensañamiento o cuando se hayan infligido lesiones infamantes, degradantes o mutilaciones previas o posteriores a la privación de la vida”.
Dejando a un lado los explícitos tecnicismos jurídicos, repasemos otra parte de la pieza oratoria inaugural -cuyo autor desconozco, muy especializado en dejar mal parada a doña. Y dice: “La refundación de Honduras comienza por el restablecimiento al respeto del ser humano, la inviolabilidad de la vida, la seguridad ciudadana. No más escuadrones de la muerte, NO MÁS SILENCIO ANTE LOS FEMICIDIOS, no más sicariato, no más narcotráfico, ni crimen organizado.
Hoy, que el calendario cívico señala el Día de la Mujer Hondureña, conmemorando que apenas en 1955 el Estado reconociera a las mujeres de este país el derecho a elegir y ser electas, muchas de ellas, en representación de diversos sectores de nuestra sociedad, expresan abierta incomodidad por lo decepcionante que resulta para todos el desempeño de la actual administración, en la que su nominal máxima autoridad no pasa de lloriquear sobre la leche derramada ante cuanto micrófono se le abre aquí y en China, pasando por organismos multilaterales y países amigos. Porque en lugar de fomentar la inversión, se dedica a espantarla en todas las formas posibles, por la insensibilidad ante los compatriotas que por falta de oportunidades se ven forzados a migrar, arriesgando todo y causando lástima por donde pasan.
No les ha fallado solo a las mujeres, sino a la población entera, a quienes le prestaron sus votos, a quienes le sirvieron de escalera, a sus propios parciales e incondicionales, sirviendo como caja de resonancia de los que en el patio representan a organización delictiva transnacional conocida como FSP, avalando toda tropelía a nuestro ordenamiento jurídico, aplaudiendo el trabajo sucio de quienes la acompañan en orden de sumisión con tal desborden sus alforjas y acallen el complejo de inferioridad que les ha acompañado durante su terrena y temporal travesía.
Y por si su demostrada incapacidad fuera poca, se empecina en confirmar dentro y fuera de las fronteras nacionales que una cárcel de máxima seguridad en Islas del Cisne será construida en 2024, sin importar los multimillonarios costos de todo tipo: financiero, ecológico, de afectación a la pesca en las comunidades costeras y otros. Para eso cuenta con lacayos aun más testarudos, eso merece un análisis aparte. Qué vergüenza para las mujeres alguien tan insensible.
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