Por Elsa de Ramírez

Actividad de carácter mundial  que existe desde mucho antes del invento de lo que con el tiempo sirvió de base para su expansión: La imprenta.

El hombre desde que asomó al mundo tuvo la necesidad de comunicarse con sus semejantes y para ello utilizaron todos los medios, por supuesto, rudimentarios, para hacerlo a través de jeroglíficos y otros modelos que andando el  tiempo se fueron perfeccionando hasta llegar al momento actual en que el periodismo se ha convertido en una disciplina indispensable para el desarrollo de la humanidad.

En nuestro país no fue sino hasta los años setenta, cuando se creó la escuela para periodistas profesionales, siendo el primer director el licenciado Oscar Reyes Baca, actualmente residiendo en la ciudad de Washington, D.C., en donde ejerce esta noble profesión del periodismo que a mi juicio existen tres tipos: por vocación, inducción e interés. Los de vocación son aquellos que nacen con ese don con que la naturaleza los favoreció.

En cuanto a los jóvenes, algunos optaron por el periodismo, creyendo que es una profesión muy lucrativa y que a través de ella se pueden amasar grandes fortunas, pues vieron a uno que otro colega teniendo mejor suerte que ellos. De verdad se convirtieron en empresarios de la comunicación a través de la prensa, el cine, la radio, la televisión, el internet, etc.

De manera que, no existe una sola definición que pueda cubrir esta disciplina, hoy en día tan en boga y riesgosa, pues la prensa misma a través del cable internacional reporta diariamente el sacrificio y hasta la muerte de muchos colegas que entregan su vida en aras de un ideal, que no es más que el esfuerzo denodado por orientar e informar al público al cual sirven.

El periodista desde que se inicia como tal, contrae con la sociedad en general un compromiso similar al triángulo militar: Honor, lealtad y sacrificio.

Además, tiene el elevado compromiso que andando el tiempo se convierte en un apostolado ya que el verdadero periodista trabaja las veinticuatro horas del día, como un fiel centinela de la democracia y los intereses nacionales, realizándolo, básicamente, con abnegación, ética y responsabilidad, convirtiéndose en un auténtico mensajero de paz y adversario de la guerra, porque su misión es construir sociedades justas y modernas, ajenas completamente al odio, la venganza, la envidia y muchos más defectos que nos llevan a la contienda entre países o naciones que no comulgan con la ideas o el pensamiento de esta o aquella otra nación.

Como mensajero de la paz, debe contribuir con todos los medios a su alcance, al logro y permanencia de este beneficio que lamentablemente y desde hace décadas nos mantiene envueltos en infecundas guerras con numerosos países del planeta.

El periodista es un maestro, un apóstol, y como tal, guía permanente de la paz y el desarrollo universal, poniendo todo su talento y esfuerzo para alcanzar este propósito que tal vez algún día pueda unificar amigablemente a las alrededor de doscientas naciones que forman el planeta tierra, utilizando para tal fin todos los medios a su alcance.

En Honduras desde el siglo antepasado surgieron grandes hombres de letras que consagraron la mayor parte de su vida al ejercicio periodístico, tales como: Ramón Rosa, Juan Ramón Molina, Froylán Turcios, Julián López Pineda, Adolfo Zúniga, Celso  Reyes, Paulino Valladares, Rafael Heliodoro Valle, Alejandro Castro p., Alfonso Guillén Zelaya, Vicente Machado Valle p., Roberto Arellano Bonilla, Joaquín Mendoza Banegas, Oscar A. Flores, Manuel Sevilla Oliva, Vidal Mejía, Felipe Elvir Rojas, Ventura Ramos Alvarado, Alejandro Valladares, Víctor Cáceres Lara, Enrique Gómez, Juan Ramón Ardón, Arturo Martínez Galindo, Celeo Murillo Soto, Dionisio Romero Narváez, etc.,

Muchos años después, la mujer con los mismos derechos e instintos intelectuales, buscó su lugar en este apasionante rubro de la vida y así vemos como Visitación Padilla a principios del pasado siglo figura como una de las principales promotoras del periodismo en el sector femenino; por supuesto no puede faltar el nombre de Lucila Gamero de Medina, Olimpia Varela y Varela, Paca Navas de Miralda, Carlota de Falck, Adriana de Valerio, Clementina Suárez, Argentina Díaz Lozano y más acá en el tiempo: Mirta Torres de Mejía, Nora Landa Blanco, Irma Leticia de Oyuela, Elvia Castañeda de Machado, Daysi Gutiérrez de Minera, Mélida Fiallos, Ángela Valle, Irma Santos, Magda Argentina Erazo y otras figuras destacadas que han ido brillando con luz propia con el correr de las últimas cuatro décadas, hasta alcanzar posiciones que las ubicaron en el lugar exacto que les corresponde.

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