Lourdes Ramírez, En Alta Voz

En el marco de los 16 días de activismo por los derechos humanos:

A los 12 años decidí que quería ser periodista, pensé que sería la forma de solucionar los problemas sociales de mi país, en ese momento no imaginé todo lo que iba a enfrentar.

Un emblemático periodista me preguntó si realmente tenía vocación, porque dinero no iba a tener como periodista, Nunca pensé en hacer dinero con el periodismo, nunca me movió el dinero, mis ambiciones nunca fueron económicas sino profesionales y principalmente ayudar a los demás.

Fue así que en 1985 ingresé a la Escuela de Periodismo en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) en Tegucigalpa, “la escuelita” le decían despectivamente las demás facultades. Experimenté acoso sexual de muchos “laureados” maestros en las aulas universitarias, tanto de periodismo como de otras áreas de las ciencias sociales, reprobaciones injustas solo por no ceder a las pretensiones de los maestros. Cuando me casé y salí embarazada tuve que escuchar los comentarios irrespetuosos y burlones de maestros en las clases, “no tiene televisión en su casa”, “¿esa es otra barriga o es la misma?, ¿ya van dos en el año?, “es que ustedes se bañan en agua tibia y se perfuman antes de que llegue el marido”, eran algunos de los comentarios irrespetuosos que escuchaba frente a toda la clase.

Clases reprobadas injustamente por no aceptar las invitaciones a beber o no permitir los abrazos y sobijos de los “connotados maestros”. En una ocasión interpuse una denuncia en la dirección, no sirvió de nada, ambos se burlaron en mi cara, según ellos yo era anormal por no ser más condescendiente con ellos, eso me hace recordar cuando alguien me dijo que “no supe utilizar a mi favor el acoso sexual” lo que jamás permitiría, que alguien me pusiera las manos encima.

Recientemente se han incrementado las denuncias en la UNAH, campañas con mensajes que revelan los nombres de los acosadores circulan por los principales sitios de la máxima casa de estudios y se han creado protocolos para dar seguimiento a las denuncias.

https://criterio.hn/estudiantes-de-la-unah-denuncian-maestros-acosadores/

En mi segundo año como universitaria, apliqué para un puesto de asistente de Relaciones Públicas en una institución magisterial. De las doce aspirantes, fui la más rápida usando las máquinas de escribir, gracias al taller de mecanografía obligatorio para estudiantes de periodismo. No había pasado ni un mes cuando comencé a recibir acoso de parte del director ejecutivo, durante varias semanas intentó de muchas formas que cediera a sus pretensiones, al no lograrlo, le pidió al abogado de Recursos Humanos que me despidiera, pasaron dos meses y medio y recibí el llamado del funcionario, quien apenado me aseguró que era un despido injusto, pero que, si no hacía lo que decía su jefe, el despedido sería él.  Salí indignada de la oficina y posteriormente redacté una denuncia que entregué a más de una docena de representantes de los gremios magisteriales y ministros de varias carteras del Estado, entre ellos la ministra de Educación, que coincidentemente estaban en ese momento en la institución. Fui convocada a ampliar la denuncia que después trascendió a los medios de comunicación.

La solidaridad que recibí en ese momento fue desde los medios de comunicación y de una dirigente magisterial. Un año después demandé por recomendación de un abogado que posteriormente se vendió, un abogado poco ético negoció mi reintegro al puesto de trabajo, pretendiendo que me retractara de mi denuncia porque afectaba políticamente al acosador, fui asesorada por otros colegas que me instruyeron sobre los riesgos legales que implicaba y que no debía aceptar ningún trato, cambié de abogado y con el Ministerio de Trabajo se levantó un acta que ratificó la sentencia de la Corte ordenando mi reintegro y pago de salarios caídos durante más de un año y demás beneficios. Eso me llevó a recibir amenazas del abogado anterior que además era mi vecino y había sido mi maestro de ética periodística, así como del asesor legal de la institución. El abogado que me representaba me recomendó no regresar a la institución y aceptar el retiro con todos los derechos que demandaba la Ley porque consideraba que no estaría segura, que podría ser agredida durante mi permanencia en la institución.

Ya entrada en la carrera tuve algunas oportunidades de trabajar en medios , fui seleccionada en un casting para ser presentadora de noticias en una de las cadenas más importantes de televisión, pero un día antes de comenzar, uno de sus productores me alertó sobre el trato que recibiría, estas fueron sus palabras; “conozco a tu familia, sé de donde vienes y no quiero que te ilusiones con éste trabajo, aquí si no te bajas los calzones te tratan como perro”, se refería al director del noticiero, entonces decidí no ingresar a trabajar a ese canal. Eso no quedó ahí, en todas partes tuve que enfrentar el acoso de fuentes de información, figuras políticas, empresariales y de otros sectores, de compañeros.

En otro medio, el director del noticiero mandó a comprar un escritorio cerrado de todos los ángulos para que usara, porque dijo que, “con la premura de la redacción noticiosa podría sentarme mal y no sabía cuánto tiempo tenían mis compañeros de no tener relaciones sexuales y sería mi culpa si ellos tenían una erección”. Éste ya fallecido seudo periodista, en una ocasión nos llamó uno a uno a su oficina, a tres colegas hombres y a mí a observar un anuncio en una revista, era una mujer desnuda con cuatro hombres tocando su cuerpo, anunciaban un perfume. Para éste director de noticias era una forma frecuente de introducir temas sexuales, intentando lograr sus objetivos.

La casa matriz del noticiero estaba en otra ciudad. En una ocasión se programó una reunión de trabajo con las propietarias del canal de televisión, querían informar a nuestro equipo las directrices de trabajo y coordinar proyectos entre las dos regionales, en que colaboraran periodistas de las principales ciudades. Era sábado, la salida sería a las nueve de la mañana para llegar a tiempo a la reunión que sería a las dos de la tarde. Me extrañó la llegada de uno de los conductores a mi casa a las siete de la mañana; “le vengo a advertir, me dijo, el director pretende que viaje con él en el vehículo pickup y el resto del equipo irá conmigo en el turismo”, “él no tiene buenas intenciones, quiere desviarse a la altura de Comayagua y llevarla a un motel, me dio instrucciones de irme adelante para no estar pendiente de ustedes, me preocupa su seguridad”, me dijo.  El conductor tenía razón, al llegar al sitio de reunión frente al canal para la salida, el director del noticiero me dijo con prepotencia, “usted se viene conmigo”, le dije; No, yo me voy con mis compañeros. “Si no obedece aténgase a las consecuencias”, pues me atengo a las consecuencias le dije. Obligó a uno de los colegas con quien mejor me relacionaba profesionalmente a irse con él. Al llegar a la reunión de trabajo me ignoró totalmente y no me dejó participar en ningún momento. Posteriormente se presentó en el hotel donde estábamos hospedados, se quería asegurar de que no estaba compartiendo la habitación con ninguno de mis colegas. El domingo regresamos a la capital y de la misma forma compartí con mis compañeros el vehículo. El lunes tal como lo dijo tuve que enfrentar las consecuencias, me marginó totalmente, no me asignaba fuentes, ni estaba interesado en escuchar mis propuestas informativas para el día, ya no había disponibles ni cámaras, ni camarógrafos para que pudiera hacer mi trabajo. Me acerqué para hablar con él y pedirle mis asignaciones y me increpó por “desobedecer” y “no hacer nada para limar asperezas durante el viaje”, “lo mejor es que usted vuelva a cubrir sociales”, me dijo.

Interpuse una denuncia a la directora general del noticiero en la casa matriz (también periodista) y una carta a las propietarias, no sirvió de nada y terminé saliendo del noticiero. Posteriormente éste mismo director se propasó con otra colega y tampoco recibió ninguna sanción, hasta que se atrevió a acosar a la sobrina de las propietarias del canal fue expulsado de la televisora.

En años recientes, durante la cobertura noticiosa, fui testigo del acoso sexual que reciben las periodistas más jóvenes y en más de una ocasión fui agredida verbalmente por defender a algunas compañeras, que no me importaba y que no me metiera, que no era mi problema, que las dejara que se defendieran solas. Algunas de esas jóvenes periodistas habían sido mis alumnas, por tanto, además de solidaridad, sentía un compromiso de protegerlas. Ellas desesperadas solicitaban ayuda porque ya no soportaban el acoso.

En El Salvador:

La motivación a compartir ésta y otras vivencias:

Los colegas de Gato Encerrado de El Salvador comenzaron una serie de conversatorios sobre el acoso sexual en medios de comunicación, “porque es un tema frecuente y es necesario darlo a conocer. Es necesario este tipo de espacios para contribuir a que no haya impunidad y que las víctimas puedan ser acompañadas”. Mario Beltrán Mejía, director de Gato Encerrado.

“Acoso sexual contra mujeres en medios de comunicación”, en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas de El Salvador (UCA). Participaron como panelistas Mariana Moisa, de la Colectiva Feminista; Josselyn Roca, de ARPAS; Mónica Campos, de El Faro y blog “La palabra Incómoda”; e Iliana Cornejo, de Diario El Mundo. Más info en Revista Gatoencerrado

En Honduras:

El acoso sexual está tipificado como delito en el código penal.

¿Qué es acoso sexual?

Según la OIT para que haya acoso sexual deben integrarse tres elementos: a) un comportamiento de carácter sexual, b) que no sea deseado y c) que la víctima lo perciba como un condicionante hostil para su trabajo, convirtiéndolo en algo humillante.

Acoso sexual: Cuando esta violación a la integridad humana se da en el ámbito del trabajo, representa una violación del derecho de trabajar en un ambiente digno y humano, es decir, es también violencia laboral.

Niveles de acoso sexual:

Nivel 1) Acoso leve, verbal: chistes, piropos, conversaciones de contenido sexual, de doble sentido.

Nivel 2) Acoso moderado, no verbal y sin contacto físico: Miradas, gestos lascivos, muecas.

Nivel 3) Acoso medio, fuerte verbal: Llamadas telefónicas y/o cartas, presiones para salir o invitaciones con intenciones sexuales.

Nivel 4) Acoso fuerte, con contacto físico: Manoseos, sujetar o acorralar.

Nivel 5) Acoso muy fuerte: Presiones tanto físicas como psíquicas para tener contactos íntimos.

ARTICULO 147-A. Código Penal de Honduras

Quien valiéndose de una situación de superioridad jerárquica laboral, administrativa, docente o análoga, cause a la víctima inestabilidad laboral, descalificación en el desempeño de su trabajo o para ascensos laborales o le impida el acceso a un puesto de trabajo; como represalias al rechazo de actos indecorosos realizados a través de insinuaciones o solicitud de favores de carácter sexual para sí o para un tercero, incurrirá en el delito de hostigamiento sexual y será sancionado con pena de reclusión de uno (1) a tres (3) años o de inhabilitación especial por ese mismo período, cuando proceda, siempre y cuando las insinuaciones o solicitud de favores sexuales hubiesen sido rechazadas ante quien la formula o se hubiesen, puesto oportunamente, en conocimiento de la autoridad jerárquica laboral o del gremio a que está afiliado el sujeto pasivo.

Nota del diario: Si usted, o alguien a quien conoce es víctima de acoso sexual, denuncie ante el Ministerio Público al agresor, prevenga que pueda ser abusada sexualmente o asesinada.

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